
El orgasmo anal continúa siendo, hoy en día, un tabú dentro de la sexualidad. Son muchos los mitos que existen en torno a él, como que no todo el mundo puede tenerlo. Hay quien ha llegado a señalar que el orgasmo anal femenino no existe, y que es una práctica reservada, exclusivamente, para los hombres homosexuales.
¿Qué hay de cierto en esto? Continúa leyendo para descubrirlo todo sobre una práctica sexual aún misteriosa para muchos.
¿Qué es el orgasmo anal?
El sexo anal no es una práctica exclusiva para parejas de hombres homosexuales, pese a que se haya considerado así mucho tiempo. Esto no es más que un tabú que nos impide disfrutar de la diversidad del sexo en nuestro día a día. Una vez aclarado, podemos continuar con las siguientes preguntas: ¿qué es exactamente? ¿Cómo se siente?
La experta Sammi Cole respondió a esto en una entrevista con el medio Cosmopolitan. Explicó que la sensación es muy similar a la de un orgasmo tradicional. Aseveró que, aunque las probabilidades de conseguirlo son menores que cuando se practica el sexo a través de los genitales, sigue siendo posible.
“Se debe a la cantidad de nervios y músculos que se encuentran en esa región y que están conectados con tus órganos sexuales”, señaló. Además, añadió que para los hombres la próstata puede llegar a ser fundamental durante el proceso de eyaculación. A través del ano, esta puede ser estimulada con mucha facilidad.
Una experiencia al alcance de todo el mundo
Podemos hablar tanto de orgasmo anal femenino como de orgasmo anal masculino, puesto que cualquier persona puede llegar a tenerlo. Si bien es cierto que la sensación puede variar entre aquellos que tienen unos genitales u otros, el placer que se obtiene es similar.
Betty Dadson, una sexóloga especializada, ha explicado que las emociones que una mujer puede tener con esta práctica son “muy excitantes”. Es más, asegura que puede llegar a ser mucho más placentero que el sexo vaginal.
Para ello, se requiere cierta práctica y conocer a la perfección cómo funciona nuestro cuerpo. Mediante la penetración anal en personas con vagina, se accede al conocido como punto A. Es decir, se estimula directamente una zona de la vagina llena de terminaciones nerviosas. Sí es cierto que es más sencillo llegar al orgasmo a través de la vagina durante las primeras ocasiones, pero al final es igual de sencillo.
En el caso de los hombres el proceso es similar, ya que a través del ano se llega al punto P. Este está ubicado en la próstata, y proporciona un orgasmo más intenso que cualquier otro. Independientemente de su sexualidad, si se masajea el perineo de un hombre alcanzará el clímax. Para disfrutar, hay que olvidar todos los tabúes que la sociedad pueda habernos inculcado.
Cómo tener un orgasmo anal: las claves
¿Cómo se puede llegar a tener un orgasmo anal? Lo principal es realizar esta práctica con alguien con quien te sientas en confianza plena. De esta forma, el sexo siempre será mucho más cómodo y placentero. Además, debes desearlo de verdad. No te veas abocado a una relación en la que no te sientes cómodo. Respeta siempre los límites que marca tu cuerpo, y escucha bien las señales que te envía.
Sammi Cole señala al respecto que “debes sentirte cómodo hablando. Debes decir lo que sientes bien y lo que no, para que ambos tengan la experiencia más placentera posible”. El lubricante será tu mejor aliado. El ano no lubrica como sí que lo puede hacer la vagina, por ejemplo. Es por eso por lo que necesitarás una ayuda extra para que la penetración vaya bien.
“Si tú eres el que está penetrando, asegúrate de que estás escuchando y respondiendo al cuerpo de tu pareja”, explica Cole. En estas prácticas sexuales es fundamental no solo la comunicación con el otro, sino con uno mismo. Relaja tu mente, y déjate llevar si realmente quieres hacerlo.
El orgasmo anal requiere paciencia
Debes comenzar siempre con objetos pequeños, o introduciendo un dedo con suavidad. La dilatación será algo más lenta de lo que pudiera ser la vaginal, porque son órganos que funcionan de forma completamente diferente.
Asimismo, debes tener en cuenta que, prácticamente, todas las terminaciones nerviosas anales se encuentran en la superficie. Comienza jugando con la estimulación externa, y ve profundizando poco a poco. Incluso puedes probar con el conocido como beso negro para ir abriendo camino, y probando nuevas sensaciones.
Durante las primeras experiencias, es positivo jugar también con otras partes del cuerpo al mismo tiempo. Como, por ejemplo, los genitales. Esto hará que el proceso sea mucho más sencillo, y te facilitará bastante el alcanzar el clímax.
Cuidados que debes tener en la práctica
Si te decides a introducir juguetes anales, debes saber que el ano tiene una forma de funcionar específica. Comienza con algo pequeño y, sobre todo, específico para esta zona del cuerpo. De esta manera, evitarás que se escape de tus manos y se introduzca más de la cuenta.
Para evitar cualquier tipo de fisura o desgarro, ayúdate del lubricante y, sobre todo, de la paciencia. No corras, tanto si eres quien penetra como si eres la persona penetrada.
Si vas analizando cuidadosamente las reacciones que tiene tu cuerpo, te será mucho más sencillo disfrutar en todo momento de este tipo de práctica.
Y, por último, otro consejo que no debes olvidar: no pasa nada si las primeras veces no consigues un orgasmo anal. Puedes disfrutar de la experiencia sin llegar al culmen. La práctica irá haciendo al maestro, como sucede en todos los procesos de la vida. Disfruta de todos los ámbitos del sexo con libertad y cuidado, respetándote a ti y a la otra persona.
Bibliografía:
- REICH, W. (1991). La función del orgasmo. Ediciones Paidós.
- MAINES, R. P., & MANSOUR, M. (2001). «La tecnología del orgasmo». Debate feminista 23, pp. 166-219.
- ARCOS ROMERO, A. I. (2019). Estudio de la experiencia subjetiva del orgasmo.
- REYES GARZA, A. S. (2012). «La disfunción del orgasmo». Ciencia UANL 15 (57), pp. 126-130.