
Quizá convenga conocer mejor cuánto dura el enamoramiento, y la respuesta a esta interrogante es uno de los objetivos de los estudios diseñados para identificar los fenómenos fisiológicos involucrados. ¿Por qué te enamoras? ¿Qué sucede en tu cuerpo y en tu mente?
El amor es, sin duda, un poderoso motor que impulsa las relaciones humanas. Como sabes, a lo largo de la historia, ha sido una de las más recurridas fuentes de inspiración, dando sus frutos en las más diversas expresiones artísticas.
Las respuestas a muchas preguntas comienzan a surgir. Aparecen sustancias químicas con efectos misteriosos, tales como hormonas y neurotransmisores. ¿Cuánto va a durar ese amor que te desvela? ¡Pronto lo sabrás!
¿Qué es estar enamorados?

Las sensaciones que acompañan al amor son bien conocidas. Andar despistado, perder el apetito, sentir mariposas en el estómago y anhelar desesperadamente la presencia del ser amado son manifestaciones universales, que se dan en cualquier época y cultura. Pero, ¿a qué responden?
Seguramente piensas que muchos de estos signos se parecen a los efectos secundarios de los opiáceos. Es posible sospechar intuitivamente que existe una alteración del funcionamiento cerebral.
Según el libro Por qué los hombres quieren sexo y las mujeres necesitan amor, el sexo femenino selecciona a una posible pareja estable a través de la memoria, y el masculino lo hace con la mirada. Se llegó a esta conclusión al analizar la activación de diferentes áreas cerebrales mediante resonancia magnética, en respuesta a diversos estímulos.
El amor romántico
Las sensaciones descritas anteriormente se relacionan con el amor romántico o enamoramiento, que en buena parte viene condicionado por aprendizajes culturales. Novelas, canciones y películas adornan esta clase de relaciones, y las transforman en un ideal anhelado.
La atracción sexual es un factor importante en el proceso fisiológico del enamoramiento. Sin embargo, en su obra Teoría Triangular del Amor, el psicólogo Robert Sternberg sostiene que debe contener cercanía emocional, atracción sexual y compromiso. Como puedes ver, la seducción es una condición necesaria, pero no suficiente.
La antropóloga Helen Fisher argumenta que el amor romántico es un impulso químico diseñado para despertar una atracción irrefrenable. Describe los primeros meses como un periodo de psicosis, en el que merman el raciocinio y el pensamiento lógico. Este estado de tormenta fisiológica te durará generalmente de 8 a 10 meses.
El amor pasional
El amor pasional es más largo en comparación y depende de otras sustancias. En las personas enamoradas genera el deseo de proteger al otro, de estar con él constantemente y de crear un vínculo íntimo. Habrás sentido complicidad, afecto y confianza, y esta etapa se extiende de 2 a 4 años.
La química del amor

¿Te has sentido conectado de manera tal que no puedes explicarlo? Es el resultado de un estallido de sustancias químicas e impulsos fisiológicos que se dan en el sistema nervioso. No queremos quitarle la magia al amor, pero ante su llamado, tu cuerpo cambia.
Obviamente, muchas de las respuestas vienen condicionadas por factores culturales e individuales. Sin embargo, el factor común son los neurotransmisores y las hormonas. Y, efectivamente, se han encontrado patrones de secreción en las diferentes etapas del amor.
La primera chispa
El proceso químico del enamoramiento empieza por la atracción sexual. Pero, ¿por qué esta persona y no otra? La respuesta puede que te sorprenda: es el sistema inmunitario.
La explicación tiene que ver con la evolución y la supervivencia. Dos sistemas inmunitarios muy diferentes responden a genes distintos, que generarán una descendencia más saludable.
El mecanismo se basa en las feromonas, que dependen de la inmunidad y sirven de señuelo sexual. Son sustancias químicas odoríferas que generan cambios en el comportamiento de los demás a través de la pituitaria. Es una reacción imperceptible e inconsciente.
Dopamina
La dopamina tiene que ver con la alimentación, las adicciones, la creatividad y también con estar enamorados. Es un neurotransmisor que activa el sistema de recompensa cerebral y te crea la necesidad imperiosa de estar con tu pareja. Al descender sus niveles, puedes caer en la obsesión por la presencia del otro.
Norepinefrina
Esta es una hormona relacionada con las reacciones de estrés agudo, de lucha o de huida. En las situaciones amorosas, hace que suden tus manos, acelera los latidos del corazón y genera rubor facial. Estás eufórico, no comes, no duermes, te parece que puedes volar o que estás en una montaña rusa. El mundo ha sido ocupado por una única persona y el amor te inunda.
Feniletilamina
La fase más tardía del enamoramiento está dominada por esta sustancia, que acentúa los efectos de las anteriores. No es sorprendente que sea similar en su estructura química a las anfetaminas, ya que tiene efectos parecidos. Estás feliz, eres enormemente optimista, tienes energía de sobra y para todo.
Oxitocina
Una vez que las etapas mencionadas se han superado, el cerebro empieza a estabilizarse. Poco a poco, la euforia desaparece y da paso a emociones más duraderas. La oxitocina es la responsable.
Los lazos de la pareja se fortalecen con el contacto físico, sexual o no. Besos, abrazos, caricias, cogerse de las manos, son actos que generan descargas de la hormona. Los celos también tienen relación. Cuando sientes esta amenaza, se dispara la secreción de costisol, hay estrés y miedo. La oxitocina entonces cae a niveles bajos.
Serotonina
La que se ha llamado sustancia de la felicidad tiene que ver con la sensación de alegría. Es algo suave y tranquilo, que sientes simplemente por estar en presencia de la pareja, y aparece en las etapas más avanzadas del enamoramiento
Cuánto dura el enamoramiento… Por el momento, la respuesta está basada en la fisiología del cerebro, pero seguramente se descubrirán más fenómenos interesantes para responder a esta pregunta.
El amor romántico, que tiene un fuerte componente sexual, dura de 8 a 10 meses. El amor pasional, en una segunda etapa, se prolonga de 2 a 4 años.
El poeta y dramaturgo Max Ehrmann nos ha dejado una obra exquisita, Desiderata. Allí escribió esta frase memorable: “No mires el amor con cinismo, pues frente a la aridez y al desencanto, posee la perennidad de la hierba”.