
No hay duda de que las facilidades de la red ha proporcionado a las personas más oportunidades de apartarse del rebaño que nunca. Pero, ¿Qué se considera ‘infidelidad’ en la era digital?
Si hay una verdad es que nada tienen que ver las relaciones familiares de nuestra época con las de tiempos pasados.
No tenemos que echar demasiado la vista atrás para darnos cuenta de esto. Basta con echar un vistazo a cómo se conocieron nuestros padres, cómo se desarrolló su relación, la vida familiar en la que hemos vivido, etc., para darnos cuenta de que los tiempos están cambiando.
¿Existen ahora más posibilidades para los infieles? ¿Qué hay de cierto en ese concepto de infidelidad en la era digital?
El cambio de las relaciones de pareja con el tiempo

Desde el principio de los tiempos, las relaciones de pareja se han concebido para finalizar en ese gran concepto que llamamos matrimonio.
Sin embargo, que antes las cosas estuvieran definidas al milímetro no quiere decir que la fidelidad fuera mucho mayor que ahora. Lo que ocurre es que, quizás, no estaba tan expuesta.
Las relaciones, ya sean de pareja o de cualquier otro tipo, se sostienen sobre las bases del respeto y la confianza.
Y no es que ambos se hayan ido perdiendo con el arranque de la era digital, sino que ahora parecen mucho más vulnerables que nunca debido a su gran exposición ante el resto de la gente.
Sí es cierto que antes estaba peor visto. Tal vez por eso se ocultaba de una forma muy hermética, protegiendo los secretos mucho más que ahora.
En la actualidad, debido al auge de las redes sociales, donde exponemos nuestra vida con gran facilidad, es prácticamente impensable que un secreto no termine siendo conocido por todos.
Facilidades para los infieles en la era digital

Si algo es cierto es que no ha existido una época en la que los seres humanos estemos tan conectados como en la actual.
Esto se puede utilizar de forma favorable a nosotros, pero también existen ciertos límites que los infieles cruzan con mayor facilidad. Pero, ¿por qué ocurre así?
Tenemos en la palma de nuestra mano un sinfín de estímulos que nos hacen reaccionar de diferentes maneras. O que incluso buscamos porque los echamos de menos.
Cuando llevamos mucho tiempo con una pareja estable, puede que esas sensaciones del principio vayan disminuyendo, por lo que siempre nos encontramos en una continua búsqueda de revivir esas emociones fuertes.
Gracias a las diferentes apps que existen para ligar, la mensajería instantánea y las redes sociales, tenemos muy fácil el poder ser infiel a nuestra pareja. Tantas posibilidades hacen con que surjan muchas maneras de traicionar, y no solo con el acto sexual, por ejemplo.
Aunque en cualquier época el que haya querido ser infiel lo ha sido, sí que es cierto que ahora contamos con muchas más facilidades a la hora de hacerlo y pensar que nuestra pareja nunca se va a enterar. Y luego sucede justo lo contrario.
¿Las aplicaciones para ligar, mensajería, redes sociales son las culpables?

¿Son tan culpables las nuevas tecnologías como a priori parece? Lo cierto es que no. El tener facilidades para hacer algo no significa que lo tengas que hacer sí o sí.
Todo depende del respeto hacia la pareja, del compromiso, y de la fidelidad para con la otra persona. Cuando uno de esos lazos se rompe, al ser más sencillo acceder a todos esos estímulos, no dudamos en usarlos.
¿Es infidelidad enviar mensajes o fotografías a otra persona? ¿Se puede equiparar al hecho de que nuestro compañero de vida se acueste con otro u otra?
Hay parejas para las que esto no es infidelidad, pero hay otras muchas que sí lo consideran así. Y aquí llegamos al concepto clave de infidelidad en la era digital. ¿Es que la infidelidad puede cambiar a lo largo del tiempo? Parece que sí.
Veamos, hace unos años, ser infiel era directamente mantener contacto físico con otra persona.
De una noche, de varios meses… no importaba tanto el tiempo como el hecho de que había sucedido. Al igual que todos los tipos de relaciones han variado con el tiempo, también lo que se considera ser o no infiel lo ha hecho.
Como decíamos, puede que muchas personas no consideren que enviar un mensaje, a priori un gesto bastante inocente, sea una infidelidad.
El problema viene cuando no se conoce muy bien si ese mensaje cuenta con una doble intención o no.
Y es que el concepto de infidelidad tiene tantas definiciones como personas hay en el mundo. Es decir, cada una puede comprenderlo de uno u otro modo.
Los impactos negativos de las nuevas tecnologías en las infidelidades

Las nuevas tecnologías que han ido apareciendo durante esta era digital causan diferentes impactos en las relaciones de pareja. Sobre todo, si hablamos de la infidelidad.
Algunos impactos positivos que se han dado son:
- La posibilidad de mantener relaciones a distancia
- Un cambio en la forma de entender la sexualidad (sexo por teléfono, mediante Internet, etc.)
- Apertura de mente y libertad en la pareja
- Conocimiento de nuevas prácticas como el intercambio de parejas, el poliamor, etc.
Pero todo eso también se puede convertir en negativo. Justo desde el punto y hora en el que estas nuevas prácticas se dejan de realizar con la pareja y se busca refugio en alguien más.
- Es más fácil que nunca coger el teléfono y hablar con otra persona a espaldas de la pareja
- La posibilidad de mantener sexo con alguien mediante Internet mientras tu pareja está dormida justo al lado existe y se da con bastante frecuencia
- Las relaciones a distancia también facilitan el poder tenerlas con alguien más
- La confianza puede verse rota si uno de los miembros de la pareja se obsesiona con el móvil del otro, llegando incluso a querer investigarlo
Como conclusión, parece que nunca ha sido tan fácil como ahora el serle infiel a nuestra pareja.
Sin embargo, en un mundo constantemente conectado, lo cierto es que nunca ha sido más difícil guardar el secreto de la infidelidad como en la actualidad.
La buena noticia es que estos mismos recursos tecnológicos, usados para engañarnos, nos pueden ser de gran ayuda para superar una traición.
¿Es cierto que existen más infieles en la era digital? Parece que son los mismos, pero con métodos más desarrollados.