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4 modelos de relación abierta más comunes entre parejas

tipos de relación abierta

La monogamia es una opción inculcada históricamente por la sociedad. Es normal que te preguntes si una relación abierta sería beneficiosa en tu pareja cuando sientes que con el modelo tradicional te falta algo.

La respuesta depende de cada caso, ya que no todas las personas son iguales ni tienen las mismas necesidades. Esto no implica ser mejor ni peor, solo diferentes. La propia concepción del amor es distinta en cada individuo. Entonces, ¿por qué todas las uniones amorosas deben ser iguales si nosotros mismos no lo somos?

A continuación te explicaremos cómo llevar una relación abierta y lo que puede aportar a tu vida de pareja.

¿Qué es una relación abierta? Pros y contras

Si te preguntas qué es esto, significa que no estás completamente conforme con la monogamia. Una relación o matrimonio abierto consiste en una unión libre en la que ambas partes acuerdan que pueden tener intimidad con otras personas, sin que ello se considere infidelidad.

Son los miembros los que definen la idiosincrasia de su vínculo y sus normas, si las tienen, y se deciden en común. La única premisa imprescindible para que funcione es que ambas partes sean sinceras y honestas en todo momento.

El amor es un producto cultural y en cada período histórico se desarrolla una concepción distinta de él. Actualmente, este modelo de convivencia está en aumento, ya que la visión social está cambiando.

Una relación abierta puede aportar mayor seguridad y bienestar general. La sensación de libertad personal, el respeto de la individualidad del individuo y acabar con la tediosa rutina son grandes puntos a su favor.

Por supuesto, al igual que en la monogamia, también tiene sus complicaciones. En primer lugar, los términos establecidos sobre los que se sustenta suelen ser más complicados de seguir. La científica Evan Scott Schwartz, junto a otros colegas, estudia la existencia del poliamor en los seres humanos desde la biología, la sociología y la psicología.

Tipos de relaciones abiertas

pareja liberal feliz

Sea cual sea el prototipo, la elección depende de lo que decidan las partes de común acuerdo y de los límites que se establezcan para gestionar su convivencia.

Platónica abierta

En este caso, ambos miembros, siempre previa conformidad, aceptan que pueden tener coqueteo con terceras personas, ya sea de forma presencial o virtual. El límite lo impone la prohibición de poder intimar sexualmente.

Poligámica

La poligamia es un tipo de matrimonio en el que se permite que una persona esté casada con varios individuos a la vez. Aunque no está contemplado en nuestra legislación, lo cierto es que actualmente hay quienes lo practican consentidamente.

No tiene por qué establecerse de manera legal, simplemente uno de los cónyuges permite al otro mantener intimidad con otros fuera de su vínculo. Un requisito indispensable para la poligamia es que exista una unión sentimental además de física, si no fuera así estaríamos hablando de idilios sexuales ocasionales.

Swinger

Esta práctica sexual entre distintas parejas consiste en realizar, de mutuo consentimiento, un intercambio entre ellas para disfrutar de encuentros sexuales eventuales.

Las condiciones y reglas entre los swingers deben acordarse previamente para evitar malos entendidos y saber hasta dónde se puede llegar. Solo debe practicarse cuando ambas partes lo tienen claro y están conformes.

Monogamish

Una unión donde las dos personas están comprometidas entre sí, pero llegan a un acuerdo para hacer un paréntesis y permitir actos sexuales con terceros, siempre de manera puntual.

No debe darse de modo continuado porque entonces hablaríamos de poligamia.

Consejos para que funcione una relación abierta

pareja abierta trio

Si estás pensando en dar el paso, es importante hacerlo correctamente para disfrutar de todos sus beneficios. Con tal fin, te proporcionamos los siguientes consejos para saber cómo hacerlo:

Da el paso únicamente si tienes un vínculo fuerte y sano. Si partes de esta situación, las probabilidades de sobrevivir al cambio de normas serán mucho mayores. Por supuesto, la decisión debe ser siempre de mutuo consentimiento.

Establece previamente los límites y las normas por las que ambos os vais a regir. Se deben discutir previamente sobre los deseos y necesidades de cada uno para que ninguna de las partes sufra. Eso sí, las normas no deben ser rígidas y se podrán ir cambiando a medida que la situación evolucione y se requiera.

No te lances a dar el paso si alguno de los dos sois celoso por naturaleza. Si sois sinceros entre vosotros, si existe comunicación y además se cumplen las normas, no tiene por qué existir desconfianza por ninguna de las partes.

La sinceridad debe primar tanto entre vosotros como con las terceras personas que se van a implicar. Es fundamental que estas tengan toda la información necesaria para poder decidir si aceptan o no la situación.

Guarda tiempo para tu pareja. Tener una relación abierta no implica dejar de lado a tu media naranja, todo lo contrario. Hay que cuidar la intimidad día a día con más intensidad si cabe.

Según la sexóloga Rebecca Rosenblat, lo más importante es, ante todo, no olvidar el lado humano cuando hablamos de sexualidad. No perder de vista los sentimientos por los que nos regimos las personas para evitar herir a nadie psicológicamente.

Otro consejo para lanzarte a esta gran aventura es no tomar en cuenta las opiniones que lleguen desde fuera. Ten en cuenta que la sociedad todavía está en proceso de cambio y no todo el mundo tiene la mentalidad abierta para entenderte.

Si quieres acabar con la monotonía y probar nuevas vivencias, habla con tu pareja y plantéale un cambio a una relación abierta. Viviréis nuevas experiencias y muy posiblemente te sorprendas de lo fácil que es eliminar el aburrimiento provocado por el paso de los años.

Bibliografía:

  1. Luis Martínez Vázquez de Castro, (2008). El concepto de matrimonio en el Código Civil. Aranzadi.
  2. San Román, Teresa y Aurora González Echevarría, (1994). Las relaciones de parentesco. Universidad Autónoma de Barcelona, Bellaterra.
  3. Varios autores, (2008). El matrimonio: ¿contrato basura o bien social? Thomson Aranzadi.
  4. Viladrich, Pedro-Juan, (2001). El modelo antropológico del matrimonio. Volumen 31 de Documentos del Instituto de Ciencias para la Familia. Ediciones Rialp.