
Seguro que te suena el término sexting. Estos últimos años se ha puesto muy de moda, especialmente entre los más jóvenes. Se trata de una práctica que mezcla el sexo con la tecnología. Pero ten cuidado, porque a veces no sale bien.
Los expertos no paran de avisar de los peligros que esta práctica conlleva. Muchos se relacionan con la adolescencia, aunque los adultos también están expuestos a este tipo de problemas.
Por eso queremos dejarte aquí una guía útil con todo lo que tienes que saber y las precauciones más importantes que has de tomar.
¿Qué es el sexting?
Consiste en enviar mensajes, fotografías o videos de carga y contenido sexual a una persona a través del teléfono móvil. Es algo que la mayoría de las parejas actuales practican asiduamente y seguro que no coge por sorpresa a nadie.
Desde un mensaje algo picante hasta una foto un poco provocativa, son muchas las formas de practicar sexting. Aunque, obviamente, también encontrarás niveles más excitantes e íntimos de contenido.
Los últimos años se ha popularizado bastante. La calidad de imagen, la dependencia que tenemos del móvil o las apps de citas y sexo han facilitado que esta sea una vía para ejercer la sexualidad tan válida como otra cualquiera.
Ahora bien, supone un riesgo potencial para adolescentes y menores, que en una edad tan sensible han asumido esta práctica como habitual o normal. Según un estudio de JAMA Pediatrics, uno de cada siete adolescentes envía contenido sexual y uno de cada cuatro lo ha recibido alguna vez.
Por supuesto, esto se debe a una mayor libertad sexual y a la integración de la tecnología como un elemento clave en nuestras relaciones sociales. Pero como cualquier otro cambio, tiene una parte buena y una mala. Todo dependerá de varios factores.
¿Qué riesgos tiene el sexting?

Vamos a analizar primero los peligros. ¿A quién se le envían estas imágenes? ¿Quedan protegidas? ¿Es segura esta práctica? Estos son los más importantes:
1. Ciberbullying
Este es un riesgo al que están expuestos principalmente los más jóvenes. Ponte en el supuesto de que tienes 17 años y le mandas una foto sexual a alguien que te parece atractivo o atractiva. ¿Qué pasa si esa persona no piensa lo mismo? ¿O si no respeta tu intimidad?
A veces, lo que sucede es que esas fotos se cuelgan posteriormente en las redes sociales, se comparten o se enseñan. Y esto supone aguantar una serie de ataques, burlas y demás, especialmente en un ambiente potencialmente hostil con estas situaciones, como es el instituto.
Son fotografías que se pueden propagar de forma anónima y a mucha velocidad a través de internet. A estas edades, este hecho siempre resulta muy jugoso para los agresores, quienes buscan humillar a toda costa a sus víctimas.
2. Extorsión
Vamos ahora con otro supuesto. ¿Qué pasa si le has estado enviando fotografías provocativas a una persona y esta pierde su móvil? ¿O qué pasa si lo hackean? Que en ese caso, es posible que empieces a sufrir extorsión.
El hacker empezará a pedirte dinero u otro tipo de cosas a cambio de no compartir o enviar las fotografías o los contenidos sexuales que haya conseguido. Y aunque parezca mentira, es más común de lo que parece.
Pero también puede pasarte incluso con el receptor de esos videos o fotografías. Tal vez si no os conocíais mucho o si la relación acabó mal, utilice todo eso algún día en tu contra. Es, por lo tanto, algo contra lo que estar prevenido.
3. Grooming
Otro peligro al que están expuestos los menores. A veces, algunos adultos entablan relaciones con ellos para, poco a poco, conseguir material sexual para su consumo o distribución.
Sin lugar a dudas, esto constituye un delito, pero a veces los más pequeños no saben bien cómo comportarse en tales situaciones. Lo normal es que por miedo, inseguridad o vergüenza no llegan a denunciarlo. Esta es la cara más oscura del sexting.
4. Riesgos de otro tipo
Si se difunde el contenido sexual de otras personas, esto daría lugar a consecuencias muy preocupantes en algunos casos: alguien podría localizarte, saber dónde vives, etc. Crearse incluso una obsesión.
Aunque este es el peligro menos común, también es algo que hay que tener en cuenta. Abrir las puertas de tu intimidad siempre atrae a gente que no deseas en tu vida.
¿Cómo practicar sexting de forma segura?

Si quieres integrar esta parte divertida y picante en tu relación o tu vida, vamos a darte algunas pautas que te ahorrarán los malos tragos que a veces están asociados.
1. Que sea con alguien de confianza
Procura no enviar contenido a desconocidos, ya que las probabilidades de que luego esas imágenes o videos se difundan crecen exponencialmente. Lo ideal es contar con gente cercana para ello. Tu pareja, algún compañero sexual en quien confíes…
2. Protege bien tu identidad
La extorsión o la persecución empieza cuando se te identifica correctamente en las fotografías o en los videos. Por lo tanto, evítalo y no des información o difundas contenido con el que te puedan relacionar y encontrar.
3. Ten claro con quién estás hablando
Tanto si eres menor como adulto, no envíes contenido sexual explícito a desconocidos. Puede suponer más de un disgusto y llegar a convertirse en un problema. En tal caso, si conoces a una persona por una app, espera a ver si es realmente quien dice ser.
La tecnología ha introducido nuevas maneras de entender nuestra sexualidad y de compartirla con los demás. Y aunque esto tiene aspectos muy positivos, es ocasiones también es un peligro a la larga.
Por eso te recomendamos tomar siempre una serie de precauciones para no caer en riesgos innecesarios. Como ves, tampoco son tan exigentes. A veces compensa tener un poco de cabeza y paciencia para evitar llevarte disgustos.
Y cómo no, practica el sexting solo cuando estés cómodo con él. Lo primero, como en todo, es disfrutarlo. ¿Tú ya lo has probado?