Crear y mantener relaciones profundas en una época en la que priman la inmediatez de las redes sociales y el individualismo es algo complejo. Prácticas como el tan temido ghosting están a la orden del día.
La amistad verdadera, tal y como se conocía hasta ahora, parece más difícil de encontrar que nunca. WhatsApp, Instagram y Facebook han creado nuevas formas de relacionarse que aparentan no favorecer las relaciones sólidas a largo plazo. Pero, ¿tiene esto solución?
La sociedad líquida y la amistad verdadera
Zygmunt Bauman fue el primero en hablar del concepto de sociedad líquida. Según este sociólogo polaco, «el mundo actual está caracterizado por un estado fluido y volátil».
Nuestra sociedad se mueve rápidamente, y lo que antes eran lazos potentes entre personas, ahora son muy frágiles. Si a esto le sumamos las redes sociales, tenemos un cóctel peligroso.
Bauman hizo un símil entre sujetos líquidos y agentes de bolsa. Señaló que «no es conveniente invertir en una relación cuando las acciones ya no prometen más beneficios». Ese es el principal problema de la sociedad líquida: vemos las relaciones como algo que debe aportarnos tan solo beneficios, y eso hace que sean mucho más frágiles.
Guido Vespucci aduce que «en el caso de las relaciones de parejas, este esquema, en el que el compromiso duradero ha dejado de ser un proyecto tentador, duplica su fragilidad».
La amistad verdadera ha pasado a un segundo plano, porque implica un nivel de compromiso que no todos están dispuestos a asumir. Cuando una persona nos plantea un problema, o cuando aparece un punto de desencuentro, abandonamos. Consideramos que los beneficios de esa relación no nos compensan, y buscamos otra que nos parezca más fácil.
No obstante, y como señala José Luis Zaccagnini, es solo a través de las relaciones de amistad que podemos conocernos a nosotros mismos. Además, aprendemos a compensar nuestras carencias. Todo esto nos ayuda a alcanzar el bienestar que necesitamos para ser felices.
Las relaciones profundas y las redes sociales
Nuestro mundo ha cambiado, y la forma que teníamos de relacionarnos se ha transformado con él. Y es especialmente curioso ver como en un mundo hiperconectado, las personas desconectan cada vez más de lo que tienen a su alrededor.
Hay tal sobre estimulación que es complicado mantenerse en el presente. Prueba de ello es que nuestro smartphone nos acompaña constantemente, incluso en reuniones familiares o de amigos.
Si continuamos con las ideas de Bauman, podemos ver que este señaló que las redes sociales enfatizan esta fragilidad de los vínculos. Al sentirnos inseguros con las personas que nos rodean, tendemos a buscar un estrechamiento de esos lazos.
No obstante, y por contradictorio que parezca, necesitamos que estos sean endebles. Solo de esta manera podremos desenlazarlos cuando consideremos oportuno.
La educadora social Noelia Asensio señala sobre las redes que tienen ciertos efectos negativos en las vidas de las personas, como personas socialmente aisladas y solitarias hasta la creación de una identidad personal irreal. Todo esto afecta negativamente a las relaciones interpersonales físicas.
Consejos para tener relaciones más sólidas
Pero, entonces, ¿no podemos crear relaciones sólidas? ¿Debemos conformarnos con esta fragilidad y estos vínculos superficiales? ¿Ya no existe la amistad verdadera?
No te preocupes si te atormenta cualquiera de estas dudas, puesto que sí que se pueden mantener relaciones profundas y de confianza. Pero existen ciertas claves que hay que tener en cuenta. Continúa leyendo si quieres descubrir cómo transformar tus nexos en algo más sólido.
Confiar en los demás: el primer paso
En primer lugar, se debe aprender a confiar en el resto. Tras malas experiencias, tanto con amistades como con parejas, son muchas las personas que deciden no volver a fiarse. Incluso pueden llegar a desarrollar trastorno de ansiedad social. Esto hace que los vínculos que forjen no tengan fuerza.
Sus relaciones acaban siendo superficiales, y sufren una sensación de soledad extrema. Superar estas inseguridades es vital para lograr conectar con otra persona al cien por cien.
No es un proceso sencillo, sobre todo si se han sufrido desengaños. Pero acaba mereciendo la pena, puesto que permite crear una red de confianza y apoyo. Los seres humanos somos sociales por naturaleza, y necesitamos conectar con los demás para ser felices.
Alejar las falsas expectativas: cuidado con el autoengaño
Las redes sociales han originado un mundo falso, de apariencias y engaños. La gente prefiere sacar una fotografía inmejorable y hacer creer a los demás que es feliz antes que serlo. Y esto es algo contra lo que debemos luchar.
Las amistades y las relaciones de amor no son perfectas. No siempre se está de acuerdo y, en ocasiones, se necesita espacio para uno mismo. Más esto no significa que todo se haya acabado. Tampoco hay que idealizar a las personas, o los lazos en sí. Una pareja no tiene que ser perfecta, aunque las redes nos digan que sí.
Ser receptivo y comprensivo
John Gottman señaló, en su investigación sobre parejas, que la clave de un amor maduro es permitir que nos afecte el otro. De esta forma, trabajamos mediante la empatía en lugar de reaccionar de forma desproporcionada.
¿Podemos escuchar a la otra persona sin juzgar, sin presuponer? Tan solo escuchar y comprender. Esa es una de las claves para tener una relación más sólida y profunda.
La importancia de la comunicación
Por último, pero no por ello menos importante, es fundamental comunicarse. Aprender a hacerlo bien, de forma asertiva, augura relaciones profundas. Permite que las bases que se establezcan sean realistas, y así ambas personas saben qué esperar de la relación.
Tanto con amigos como con parejas es importante saber qué quiere o busca el otro. Evitar malentendidos y forjar un vínculo real hace que la duración de este continúe fácilmente a largo plazo.
Ahora que ya tienes las herramientas para crear y mantener relaciones profundas, solo tienes que ponerlas en práctica. Mima a tus amigos, confía en ellos y dedica tiempo a vuestra amistad verdadera.