Tener una relación abierta es una opción que cada vez más parejas exploran. Los tiempos están cambiando, hay menos prejuicios y para algunas personas esta es una alternativa muy atractiva de acuerdo con su estilo de vida.
Las estadísticas pueden darnos una idea de por qué el tipo de pareja abierta es cada día más popular:
- Se estima que por lo menos entre un 30% y 50% de las personas han sido infieles alguna vez.
- Según una encuesta de Second Love, ocho de cada diez matrimonios que atraviesan por una infidelidad terminan salvando su relación, pero este proceso suele ser dolorosos y deja cicatrices por falta de confianza.
- Según la psicóloga y terapeuta Esther Perel, las personas felices en sus relaciones también engañan.
Claramente, para muchos la multiplicidad de parejas es algo natural e intrínsecamente humano, y aferrarse a la monogamia parece causar más problemas de los que resuelve.
Sin embargo, el tema no deja de ser complejo: no hay respuestas o tipos de relaciones “correctas” o “incorrectas”, hay, como mucho, modelos y acuerdos que nos van mejor que otros.
En el artículo de hoy te explicaremos qué son las parejas libres, cómo saber si es lo tuyo y cómo estar preparado para los retos particulares que generalmente enfrentan estas dinámicas.
¿Qué es una relación liberal?
Las parejas liberales son aquellas que no se limitan a los modelos tradicionales de fidelidad y/o monogamia socialmente aceptados y a los que casi todos estamos acostumbrados.
Las bases de esta clase de relación no se anclan en la exclusividad sexual, sino en la confianza, la lealtad y el respeto mutuos, por lo que ambos miembros tienen libertad más o menos explícita para salir, coquetear e incluso acostarse con otras personas.
La diferencia principal entre las relaciones abiertas y el llamado “poliamor” es que en el primer caso la pareja puede tener intimidad física con terceros, pero el vínculo emocional permanece exclusivo.
El poliamor va un paso más allá, y asume que también es válido tener fuertes sentimientos por cada uno de los compañeros sexuales, sin que el amor que tenemos a una persona afecte el cariño que sentimos por otra.
Independientemente del nombre que le demos, una de las características principales de la relación liberal es que es flexible y la pareja puede llegar a acuerdos particulares dependiendo de las expectativas y necesidades de cada uno.
¿Quieres cambiar tu relación a una relación abierta? Entonces revisa estos siete consejos para que sepas si están listos y qué pueden esperar.
Consejos para tener una relación abierta exitosa
1. Las relaciones abiertas no son para “engañar con permiso”
Antes que nada, es importante que seamos honestos con nosotros mismos, porque hay motivaciones que no son nada saludables y que pueden esconderse detrás de argumentos en apariencia muy “progresistas”.
¿Queremos hacer el cambio a una relación “abierta” porque realmente estamos de acuerdo con esa filosofía de vida? ¿O es porque apareció alguien en nuestro “radar” y en el fondo lo que estamos buscando es un salvoconducto para estar con otra persona, sin consecuencias?
Piensa si tú estás dispuesto realmente a tolerar que tu pareja haga lo mismo, y si comienzan a surgir inseguridades o excusas de que por una u otra razón “no es igual”, entonces probablemente una relación liberal no es la respuesta a tus inquietudes.
2. Antes de cambiar a un modelo abierto, la relación debe ser estable y sana
Es común que cambiar a una relación abierta parezca una solución de emergencia cuando comienza a apagarse la llama de la pasión, cuando hay demasiados problemas por celos o cuando uno o ambos comienzan a sentirse asfixiados.
Sin embargo, apostar por una pareja abierta no sirve para “arreglarla” o “salvarla”, sino que, por el contrario, solo puede funcionar cuando se parte de una dinámica saludable, en la que la atracción y la confianza mutua son excepcionalmente fuertes.
Hay relaciones que desde el inicio comienzan con un modelo abierto. Sin embargo, cuando no es el caso, lo ideal es comenzar a pensar en esta alternativa solo hasta que la pareja ha alcanzado un punto de gran estabilidad, lo cual generalmente no ocurre antes del año de estar juntos.
3. Negociar, no presionar
Si estás genuinamente convencido de que una relación libre es lo mejor para ti y para tu pareja, puedes exponer claramente todos tus argumentos, escuchar con atención la postura de la otra parte y abrirte a todo tipo de negociaciones.
Pero esto es muy diferente a que presiones, sutil, explícita o tácitamente al otro para que acepte términos con los que quizá no está nada cómodo. Hay una línea muy delgada entre persuadir y manipular.
Si normalmente eres la parte dominante, quizá te sea sencillo “convencer” a tu pareja de que acepte una relación abierta que en el fondo no quiere. Pero sobra decir que esto sólo causará un montón de problemas a futuro.
Nuevamente, la honestidad y dejar de lado el egoísmo es la clave de un acuerdo exitoso. Quizá tengas que sacrificar algunas cosas o renunciar a otras, pero eso es parte de cualquier relación.
4. Acuerdos perfectamente claros
Si ya decidieron que efectivamente serán una pareja abierta, es fundamental que, sin rodeos ni sobreentender cosas que luego se presten a malos entendidos, analicen y definan exactamente hasta dónde pueden llegar con terceros y cómo van a manejarlo entre ustedes.
- ¿Se vale todo?
- ¿Hay alguna práctica sexual que quede fuera del acuerdo?
- ¿Estará permitido desarrollar o fomentar vínculos emocionales alternativos?
- ¿Van a contárselo todo con detalles? ¿Lo harán de forma discreta? ¿Se puede o no se puede preguntar?
- ¿Tendrán restricciones con amigos, colegas o personas de su círculo social cercano?
Lo ideal es que cada quien haga una lista con sus dudas más relevantes y no se levanten de la mesa hasta que todo quede bien claro. Por mucho que suene a “formalidad innecesaria”, dejen los acuerdos por escrito.
5. Establezcan estrategias para manejar los celos y la inseguridad
Es ingenuo e irresponsable pensar que los celos y la inseguridad simplemente van a desaparecer por estar en una relación liberal. De hecho, lo más probable es que atraviesan una etapa en la que ambas cosas se intensifiquen bastante.
Esto es natural y no significa que el acuerdo abierto no funcione. Simplemente que están pasando por un periodo de transición hacia una nueva estabilidad. Pero es un periodo crítico que muchas parejas no salvan por no estar preparadas.
Esto quiere decir, básicamente, que necesitarán tener un par de ases bajo la manga para poder recordarse mutuamente que el amor y el compromiso siguen siendo poderosos. No dejen de lado:
- El tiempo de calidad en pareja
- Seguir teniendo nuevas experiencias juntos
- Continuar explorando diversas formas de erotismo entre ustedes
- Los detalles románticos e inesperados
6. Responsabilidad afectiva por encima de todo
Responsabilidad afectiva significa, en resumen, no hacer nada que yo crea que puede lastimar o herir a mi pareja, aunque estrictamente hablando esté permitido -o no esté prohibido- en el “acuerdo”.
Uno de los problemas más frecuentes en las parejas libres es que, en lugar de ocupar esa libertad para crecer como seres humanos y para enriquecer la relación, la utilizan como pretexto para llevar a cabo conductas egoístas.
7. Nada es irreversible
La responsabilidad afectiva también implica aprender a comunicar asertivamente lo que sentimos, y no obligarnos a tolerar cosas que no nos gustan simplemente porque “ya firmamos el acuerdo”.
Ante todo, siempre tengan presente que es el modelo de la relación el que se tiene que adaptar a ustedes, y no ustedes quienes deben acomodarse a ningún esquema preestablecido.
Relación liberal x monogamia
Tener una relación abierta no es sencillo. Existen muchos modelos de relación abierta, y llegar a un consenso de lo que quiere ambos puede ser delicado. Pero tampoco es fácil tener una relación cerrada, monógama o “tradicional”. La moraleja es clara: cualquier clase de dinámica que elijamos va a implicar esfuerzo, sacrificio y compromiso de parte de ambos.
Sin esos elementos de base, ningún modelo relacional puede funcionar realmente. Si el vínculo es fuerte y el amor es genuino, la pareja tiene muchas más posibilidades de funcionar y de elegir de manera responsable y justa el tipo de convivencia que quieren tener.