4 curiosidades sobre el squirting

Squirting qué es

¿Leyenda o realidad? El squirting es uno de los grandes misterios de la sexualidad femenina… al menos así sigue siendo para muchas personas. Conocido también como la eyaculación femenina, quedan todavía muchas incógnitas.

Para empezar, muchas mujeres se preguntan si se puede alcanzar, y cómo se hace, ya que no es algo necesariamente común. Por otro lado, todavía hay muchas cuestiones que se desconocen al respecto.

Por eso queremos explicarte aquí qué es el squirt, cómo alcanzarlo y qué falsos mitos hay al respecto. Para que salgas con la lección perfectamente aprendida.

¿Sabes qué es squirting?

Vamos a empezar por lo básico. ¿Nunca has oído hablar de este término? Pues te lo resumimos. Squirt hace referencia a cuando las mujeres, durante el acto o la excitación sexual, expulsan por la vagina un líquido transparente y sin olor.

Generalmente, está asociado al placer, y en muchos casos se considera como una especie de eyaculación femenina. A la vez, se cree que solo unas pocas privilegiadas pueden llegar a experimentarlo. Pero esto no es así. Existen muchos mitos alrededor de este. Y queremos ayudarte a desenmascararlos.

Falsos mitos sobre el squirt

climax en la mujer

Vamos a ir desmintiendo algunas de las leyendas más comunes que se han formado alrededor de este fenómeno.

1. No es lo mismo que la eyaculación femenina

Popularmente, al squirt se le denomina eyaculación femenina. No obstante, lo cierto es que son fenómenos diferentes, principalmente porque no están implicadas las mismas partes de la anatomía femenina en ambos procesos.

El motivo de que se confundan es que el squirt generalmente es muy placentero. Y, al emitir un líquido, puede recordar a la eyaculación masculina, pero esto no es así.

Además, al suceder siempre un poco antes o durante el clímax, puede incrementarse esta confusión que, como veremos a continuación, no tiene razón de ser.

Para empezar, la eyaculación femenina existe, y les sucede a todas las mujeres durante el orgasmo. El asunto es que sencillamente se libera un pequeño líquido algo blanquecino y pegajoso en ese instante. Y, en ese momento, lo más típico es confundirlo con la propia lubricación de la vagina. De ahí que surja la confusión.

Por otro lado, el squirt procede directamente de la uretra, y el líquido viene de la propia vejiga. Y es que en gran medida contiene urea (aunque es inodoro y transparente). Se trata de un proceso natural del cuerpo femenino ante la estimulación de la vagina y del clítoris.

2. No está compuesto de pis

Otro mito muy común es aquel en el que se dice que el líquido del squirt realmente es orina. ¿Por qué se afirma esto? Para empezar, tiene que ver con lo que siente la mujer justo antes de experimentar esta sensación.

Generalmente, empieza a notar ganas de orinar, y de hecho muchas veces quieren parar la actividad sexual porque creen que esto es lo que va a ocurrir. En muchas de estas situaciones es cuando están a punto de experimentar un squirt.

Pero realmente no es probable que vayas a orinarte encima. Como ya dijimos más arriba, el líquido sí que contiene urea, pero no es orina. Ni huele, ni tiene sabor, ni tampoco olor. Es perfectamente sano y no supone ningún problema de higiene. Así que si ocurre, disfrútalo.

3. No implica mejores orgasmos necesariamente

Si no llegas al squirt no significa que te estés perdiendo una parte importante de la sexualidad. Aunque sí que suele relacionarse con el orgasmo o con un momento sexualmente muy activo y excitante, no siempre tiene por qué mejorarlo.

A pesar de que generalmente es una sensación muy placentera y que gusta mucho, no influye directamente en el orgasmo. Es solo otra actividad más con la que puedes sentir placer.

Por lo tanto, que no sea algo que te obsesione. Si no lo experimentas no estás haciendo nada mal. Trata de alcanzarlo solo si te apetece descubrir nuevos planos de tu sexualidad.

4. No solo depende de la zona G

¿Cómo hacer squirting? Esta pregunta generalmente se resuelve haciendo referencia única al punto G femenino. Se trata de esa pequeña zona en el interior de la vagina que, si se acaricia del modo apropiado, produce un gran placer. Pero realmente no es así.

Por eso, vamos a ver cómo hacer squirting. Lo primero es relajarte. No tienes que buscarlo forzadamente porque, entonces, conseguirlo se volverá más difícil. Así pues, juguetea con tu pareja, pásalo bien y sencillamente olvídate de todo.

Lo siguiente es disfrutar de la experiencia completa. Desde los preliminares a la penetración. No tienes que ir directamente a ver si consigues alcanzar ese clímax. Deja que vaya fluyendo.

Asegúrate, además, de tener una buena lubricación. El punto G exige una gran estimulación. Y esta, en ocasiones, deberá ser rápida. Por lo tanto, tener la vagina perfectamente lubricada de forma que se facilite el deslizamiento será muy útil y necesario.

Para esto puedes emplear lubricantes fiables. Algunos de ellos son naturales, y no tienen por qué interferir con el pH de tu vagina.

A continuación, tu pareja o tú misma tenéis que empezar a estimular la zona G. Se puede hacer a diferentes velocidades. Ya sea con los dedos, con el pene o con cualquier juguete sexual.

Eso sí, hazlo a diferentes ritmos y de distintas maneras hasta que encuentres aquella que te dé más placer.

Finalmente (y esto es realmente importante) no olvides el clítoris. Este también puede influir a la hora de que consigas hacer un squirt.

Llegar al squirt y disfrutar

En definitiva, el squirt es una práctica sexual totalmente normal en las mujeres y altamente placentera. Y aunque nunca la hayas experimentado, que esto no te desanime para seguir intentándolo.

Por otro lado, desmiente primero todos los falsos mitos que hay al respecto. Conociendo bien cómo funciona conseguirás disfrutar más de la experiencia. Y recuerda que no se trata de una carrera ni de una competición.

¿Te animas a intentar llegar al squirting? No tienes más que relajarte, experimentar y tratar de disfrutar todo lo que puedas.