¿Qué es la anarquía relacional?

Cómo funciona la anarquía relacional

¿Te suena de algo el concepto anarquía relacional? Tal vez nunca lo hayas oído, pero seguro que tú o alguien de tu entorno lo habéis experimentado antes. Hoy en día los asuntos del amor tienen múltiples nombres, y este es uno de los más interesantes.

Como las relaciones no dejan de mutar y de readaptarse a nuevas condiciones, esta es una de ellas. Consiste en una relación sin ningún tipo de etiquetas. Y, aunque no es exactamente igual, sí que tiene un cierto parecido con el poliamor, que analizaremos más adelante.

Por eso, si te interesan las nuevas relaciones o si quieres saber si la tuya lo es, te explicamos sus principales características y cómo practicarlo.

¿Qué es la anarquía relacional?

Para empezar, conviene señalar que se trata de algo relativamente novedoso. Está inscrito dentro de las relaciones románticas no monógamas. Es decir: no se trata de una pareja tradicional.

Los principios de este modelo los redactó Andi Nordgren, y pueden servirnos para entender más en profundidad a qué hace referencia.

1. El amor no se agota en una persona

De hecho, es infinito, ilimitado. No hay por qué ponerle freno y barrera con una sola relación. Más allá de la pareja habitual, uno puede sentir amor por amigos, familia e incluso sentimientos románticos o sexuales por otras personas.

Puedes tener encuentros sexuales puntuales con otra gente, o incluso relaciones paralelas que tampoco sean, necesariamente, de noviazgo (o sí). En este sentido hay una libertad muy amplia.

2. El uno no tiene derecho sobre el otro

Eliminar el concepto de posesión siempre es un pilar en las relaciones más abiertas, y también en la anarquía relacional. Se rechaza que uno posea o tenga derecho sobre la vida del otro. Esto se cambia por otros valores, principalmente por el respeto.

Por ejemplo: si uno de los dos se acuesta con otra persona, no se piensa si tiene o no derecho a hacerlo. Es una reacción que se respeta.

3. Buscar unos valores comunes

Y no solo para la propia pareja, también para las otras relaciones que se quieran tener. La sinceridad, el respeto, la asertividad, el consenso… Estos son algunos de los criterios para dar valor a los nuevos vínculos o encuentros que vayan surgiendo.

4. Algo no exclusivo de la heterosexualidad

no exclusividad de la anarquia relacional

El anarquismo es la falta de orden y de categorías. Por eso, la idea de amor exclusivamente heterosexual también queda fuera de este tipo de relaciones. Pueden darse entre una persona heterosexual y una bisexual, por ejemplo. O se puede experimentar.

Por lo tanto, no te imagines necesariamente el clásico chico-chica, porque esto puede ser como prefiráis.

5. Gana la espontaneidad

Una relación tradicional asume una serie de obligaciones. Principalmente, no salir o no verse de forma romántica con otras personas. También puede ser, por ejemplo, el quedar determinados días a la semana. Digamos que esto es típico de una relación monógama tradicional.

Sin embargo, en anarquía relacional impera la espontaneidad. Cada uno hace lo que le apetezca y sienta en ese momento. Es importante respetar esos deseos y sentimientos. Y pueden ser entre ambos o con terceros.

6. Usar la imaginación

Como la anarquía relacional se trata de algo tan nuevo, no siempre existen referencias sobre cómo tiene que funcionar o hacia dónde se dirigen las relaciones de este tipo. De ahí que una pieza clave en todo este proceso sea la imaginación.

Tendrás que ponerte en numerosos supuestos acerca de qué tipo de cosas pueden suceder o cómo vas a gestionar los conflictos o situaciones de esta relación. Eso te ayudará a saber cómo actuar y a entender qué esperar.

7. Confiar el uno en el otro

Obviamente, una relación basada en la anarquía relacional puede ser muy compleja y difícil de llevar en algunos momentos. Por eso, un pilar de la misma tiene que ser la confianza que tengáis el uno en el otro. Así, utilizando la confianza como algo clave se pueden superar esos baches.

Si tu pareja está con otra persona, por poner el ejemplo más obvio, confía en que te contará lo que significa para ambos y que te seguirá queriendo a ti.

8. Una comunicación profunda

Cualquier relación se sostiene sobre la comunicación. Hablar de lo que va mal, de lo que se podría mejorar y de cómo hacerlo es un paso necesario para seguir en pareja y crecer juntos. También aquí esto se mantiene como algo fundamental.

Aunque sea un modelo diferente de relación, tendréis problemas muy tradicionales. De celos, inseguridades, miedos… La única manera de resolverlos será hablando, y mucho.

9. Un diseño de relación a medida

Aunque parezca un desorden, realmente hay una serie de compromisos o valores que se defienden. Pero cada pareja tendrá unos diferentes. No son extrapolables a todos los casos de relación anárquica.

Por lo tanto, si tú vas a tener una pareja basada en la anarquía relacional, comprometeros en unos puntos en común (de fidelidad, comunicación… lo que sea). Funcionarán como la base sobre la que entenderos, crecer juntos y prosperar.

¿Es la anarquía relacional un modelo de poliamor?

Anarquía relacional o poliamor

Sí y no. Aunque más bien no. La confusión viene de que el poliamor ha servido siempre para denominar una serie de modelos de relaciones no tradicionales y abiertas. Así, cualquier modelo que se inscribiera en este contexto se tildaba de poliamor.

En este caso, la anarquía relacional sería una superación del poliamor. Puesto que este, en esencia, asume la posibilidad de tener varias relaciones a la vez. La anarquía no habla de eso, es una espontaneidad mucho más genuina.

Además, tampoco es necesario ponerle etiquetas a todo, y menos cuando hablamos de anarquía en el amor.

En definitiva, cada día aparecen nuevos modelos o formas de relación que son más abiertas y transparentes.

En este contexto, muchas han superado ya al poliamor, y se han presentado como opciones más flexibles que consiguen atraer la atención de muchos y muchas.

Así, la anarquía relacional bebe de la espontaneidad, la confianza y el amor ilimitado hacia personas más allá de la pareja. Sin lugar a dudas, una concepción muy abierta y flexible. ¿Es para ti?